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10 Diciembre 2021

Sergio Rica: “En la Física no Lineal no hay una sola manera de subir el Himalaya”

 

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Durante el segundo semestre de 2021 se integró a la planta académica del Instituto de Física Sergio Rica, investigador del área de Física Matemática. 

 

Sergio descubrió su interés por la Física a los 16 años, gracias a un libro que encontró en su casa, en el que se explicaba cómo era posible medir la velocidad de la luz. 

 

Al terminar el colegió, optó por estudiar ingeniería en la Universidad de Chile. En el primer año del plan común de la carrera tomé un curso de Introducción a la Física con Igor Saavedra y él me “envenenó”. Me gustaba la Física desde el colegio, pero yo la asociaba a aplicar fórmulas como un recetario, y estaba convencido de que “ya estaba todo hecho”. Gracias a Igor, me di cuenta que esta área de la ciencia era un terreno fértil para crear conocimiento, un lugar para imaginar y descubrir cosas nuevas, modelar la realidad y tratar de entenderla, recuerda Sergio.

 

Al final del segundo año del plan común los alumnos debían orientarse a qué carrera seguir y Sergio optó por Física. Tras terminar el pregrado, realizó su magíster con el investigador Enrique Tirapegui en Física no Lineal, área que busca comprender el comportamiento espacio temporal de la materia en escala macroscópica, que no responde a los estímulos de manera lineal o proporcional a él, buscando ritmos y patrones robustos universales, que pueden ser aplicados a muchas áreas de la ciencia, las tecnologías, la innovación y la sociedad.  

 

Casi todos los sistemas que nos rodean son no lineales, y pese a ello, no existe una teoría general para entender cómo se comportan, por lo que hay que estudiarlos, esencialmente, caso a casoPor ejemplo, existe una Teoría General de Ondas que permite entender cómo vibra la cuerda de una guitarra, que es un problema de la Física Lineal, más aún, se aplica la misma teoría matemática al sonido, a la luz, a las oscilaciones del mar, a la Física Cuántica, etc. Sin embargo, cuando tratamos de entender los mecanismos de la turbulencia en el aire o en un líquido, o cómo vibra un sistema elástico, te das cuenta que cada uno de estos fenómenos obedece a sus propias leyes, y que, al estudiarlos particularmente, encuentras resultados nuevos y diferentes, afirma el investigador. 

 

El año 1990 Sergio parte a realizar el doctorado con Pierre Coullet, en la Universidad de Niza. Ahí, conoció a uno de sus mentores, el científico francés Yves Pomeau, de la École Normale Supérieure, con el que inició su trabajo en la Dinámica de Condensados de Bosé-Einstein. Un primer resultado consistió en la predicción de la existencia de una velocidad crítica para el movimiento de un obstáculo en un condensado de Bose-Einstein. Este fenómeno de “superfluidez” fue observado experimentalmente por Ketterle de MIT y colaboradores en una nube de átomos de Sodio confinados, la que se perfora con un láser el que se desplaza a cierta velocidad. En este tema trabajó durante los primeros 10 años de su carrera. 

 

El año 1993 inició su trabajo como investigador del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), destacado centro de investigación francés y se estableció en Chile nuevamente a partir del año 2009. 

 

lo largo de su carrera, Sergio se ha inspirado en resultados de experimentos para tratar de entender la explicación matemática de los fenómenos observados en experimentos. A partir de su trabajo, también busca proponer fenómenos nuevos que puedan ser realizados experimentalmente. 

 

Actualmente, se encuentra focalizado en problemas de dinámicas de fluidos:  Si tengo agua en una piscina grande y agregamos energía en distintos puntos, veremos que se desarrollarán torbellinos o tornaditos, jets, y otras estructurasa a diferentes escalas, cada uno de ellos con un tamaño y una dinámica diferente de movimiento. Es posible constatar lo errático de estos movimientos cuando se agrega una gota de tinta en esta piscina, y se observa que se dispersa de manera errática como consecuencia del movimiento turbulento del aguaA pesar que las ecuacionesque describen la dinámica de los fluidos tienen más de 250 años, y es una de las más antiguas de la Física, todavía no se entiende por completo su dinámica, o los diversos mecanismos escondidos dentro de esas ecuaciones. Un problema básico es el origen de la disipación turbulenta. Ese tipo de problema me motiva en estos momentos, afirma el investigador. 

 

Si bien, el estudio de problemas relacionados con turbulencia en fluidos es muy antiguo, cualquier progreso impactará tanto a nivel básico, pero también, en aplicaciones aeronáuticas, navieras, o automotrices, donde se busca minimizar el arrastre turbulento de los fluidos, ya sea aire o agua, para optimizar el consumo de distintos tipos de vehículos. 

 

A Sergio le motiva el desafío de generar conocimiento que pueda servir para futuras aplicaciones: Lo que me mueve es entender fenómenos que pueden ser de “origen disparatado” y ser capaz de darle un cuadro coherente. Hay que recordar siempre, que la Física no es un conjunto de ecuaciones a resolver, sino que, más bien, consiste en encontrar fenómenos y estructuras nuevas a diferentes escalas.  Como no hay un camino para explorar, muchas veces hay que volver atrás y comenzar de nuevo, inspirarse, teniendo claro que en Física no hay una sola manera de subir el Himalaya, hay muchos caminos posibles, y el problema, es que uno no sabe cuál es el que te lleva a la cumbre

 

07 Diciembre 2021

María Cristina Depassier: 40 años de trayectoria en la UC

 

Este año 2021, la académica María Cristina Depassier cumplió cuatro décadas como investigadora en la Universidad Católica. Durante los 23 primeros años de carrera fue la única mujer en Física. Con empuje, no solo contribuyó en el área de la Física no Lineal, sino que, como Decana, logró ampliar la planta académica y crear en la Facultad el grupo de Física Médica.

 

               Foto MCD 2021

María Cristina creció rodeada de mujeres trabajadoras: su mamá ejercía como ingeniera comercial, sus tías eran dentista, profesoras de matemáticas, hasta su abuelita había trabajado. De niña, nunca se le pasó por la mente que existían límites para las mujeres. 

Desde pequeña fue una lectora fanática. En enseñanza media se debatió entre estudiar Lenguas Clásicas o Física. Quien inclinó la balanza fue su profesora de Física, una mujer seria, justa, y muy disciplinada, que llamaba la atención de María Cristina. Su familia la apoyó desde un principio. Su mamá quería que de dedicara a lo que verdaderamente le gustaba, sin imposiciones. 

Otra experiencia que la marcó fue su paso por un preuniversitario donde la mayoría de los estudiantes venía del Instituto Nacional. Muchos de ellos soñaban con hacer el pregrado y salir a estudiar fuera de Chile un Doctorado, una oportunidad que a ella no había escuchado antes. 

Decidida, el año 1970 María Cristina inició sus estudios de Bachillerato en Ciencias en la Universidad Católica, que era la vía por la cual se podía acceder a estudiar Física, una carrera relativamente nueva en el país. Junto a dos compañeros cursó el Magíster en Física, entre 1974 y 1975. “Siempre fui la única mujer del curso, pero la verdad, es que nunca me complicó. Durante la universidad yo era súper aplicada, estaba en el mismo nivel con mis compañeros, así que nunca me sentí inferior a ellos en ningún sentido. Es cierto, no fue una situación cómoda ser la única, porque a veces los hombres son más agresivos, y no tenía tantas amigas en las que apoyarme en la carrera, pero eso nunca fue una barrera para mi”, explica la investigadora. 

Decidida a continuar sus estudios de doctorado en el extranjero, se preparó para postular a la Universidad de Columbia. En paralelo, dictó clases en la Universidad Católica, en la Universidad de Santiago y en la Universidad de Chile, donde fue acogida y apoyada por el investigador Igor Saavedra. Cuando recibió su aceptación fue un día inolvidable, el esfuerzo y la preparación habían valido la pena. “No me fui con ninguna beca de Chile, fue la Universidad de Columbia quien financió mis estudios. Incluso, me costó conseguir una carta de patrocinio que declarara que era de interés de la Universidad Católica que yo fuera a estudiar estos temas afuera, que uno de los requisitos para postular a becas en Europa. En esa época muchos de los hombres se iban a doctorar a universidades con menos reputación, y partían becados, con contrato, sueldo y otras garantías. Siento que el trato no era el mismo conmigo, por ser mujer, pese a haber sido aceptada en una universidad de primera”, reflexiona la investigadora. 

A María Cristina le apasionaba la Física Teórica, por lo que inició su investigación en modelos de estrellas. Sin embargo, al poco andar, descubrió La Teoría del Caos: una línea innovadora, dinámica y entretenida, que le permitía plantearse nuevas preguntas. Durante su Doctorado inició el trabajó en ecuaciones no lineales aplicadas a ondas en ciertos tipos de fluidos. Este tipo de ecuaciones son llamadas de Reacción Difusión y permiten describir y extraer la esencia de un evento difusivo, ya sea aplicado a un problema físico, químico o biológico. Esta característica le ha permitido a lo largo de su carrera abordar problemas tan diversos que van desde modelos de crecimiento de poblaciones y enfermedades hasta propagación de llamas e incendios, obteniendo resultados que son aplicables a diversas áreas.

Existía un problema sencillo en la ecuación de reacción difusión más clásica, que se había aplicado al estudio en dinámica de poblaciones y en el contexto de propagación de llamas. Sin embargo, al estudiar la ecuación en eventos químicos explosivos, en función a ciertas características, se comportaba de formas distintas y no se entendía por qué. Junto a Rafael Benguria encontramos una manera de caracterizar exactamente la velocidad con que se propaga la onda de este evento explosivo, y cómo se produce la transición de velocidades de la onda. Este hallazgo es un paper bastante citado, pero mas importante, ya se incluye como materia en varios libros y lleva nuestro nombre.

 

Un nuevo desafío

 

María Cristina volvió a Chile el año 1981 y se integró a la planta académica de la Facultad de Física. Durante los años 2006 a 2013 María Cristina asumió el liderazgo de la Facultad como Decana. Esta época implicó nuevos desafíos: “Yo me siento súper contenta de haber logrado dos cosas bien importantes:  aumentamos la planta académica y, además, logramos crear el área de Física Médica en la Facultad, una meta que se había planteado varios años antes y que no se había podido ejecutar. Yo me propuse lograrlo, y lo hice. Esto implicó dar a conocer de qué se trataba, convencer en la Casa Central de que esta área era importante, y levantar los recursos.  

Su iniciativa dio frutos, y actualmente, Física Médica cuenta con 6 profesores de planta, e imparte un Magíster que ha resultado atractivo para los alumnos y del cuál ya hay egresados trabajando y en el proceso de cursar un doctorado. 

Otra de los logros en su gestión fue la creación del CIEN UC, un centro de nanociencia colaborativo entre distintas Facultades que potencia la investigación en el área. Cautivada por las nuevas propiedades que los materiales adquieren a escalas nanométricas, durante los últimos años, María Cristina se ha propuesto un nuevo desafío: aplicar lo que ha desarrollado en ecuaciones de reacción difusión a los nanotubos magnéticos, para extraer la dinámica de las ondas que uno ve en ellos, usando métodos de fluidos para tratar problemas de nanomagnetismo. El potencial de estos trabajos es esencialmente aplicado, porque los nanotubos de carbono se usan para mejorar la transmisión y la estabilidad en distintos objetos electrónicos.

Los experimentos tradicionales demuestran que la velocidad alcanza un límite que no se puede pasar, sin embargo, con ciertos tipos de nanotubos es posible exceder esta velocidad, llamada el límite relativístico, asociado a la velocidad de las ondas de spin. Si bien hay simulaciones numéricas del fenómeno que constatan que esto sucede, no existe un modelo matemático que permita describirlo y entenderlo. María Cristina está en la búsqueda de esa ecuación: “Estoy estudiando mucho, porque es un área nueva para mi. Mi meta es analizar el fenómeno analíticamente para lograr extraer un modelo sencillo. Lo más apasionante de esto es que no tengo idea cómo hacerlo. Entonces, es muy entretenido, porque cuando uno lo encuentra, casi siempre se cumple que estas ecuaciones constituyen modelo para muchos fenómenos, ya que las cosas en la naturaleza no son tan distintas. Por ejemplo, hay ondas de agua en el mar, y también en las cuerdas, hay olas ondas en distintas partes, pero hay una sola ecuación de ondas que se puede extraer de distintas realidades físicas”. 

Con más de 40 años de carrera, María Cristina reconoce que su carrera académica ha sido uno de sus motores, sin embargo, para ella su contribución más relevante ha sido formar alumnos y motivarlos a investigar. “Esta es una carrera competitiva, en la que se requiere un poquito de habilidad, mucha disciplina y sacrificio, pero en el que se obtiene un premio grande, un trabajo entretenido y gratificante. Si yo logro inspirar a un alumno extremadamente capaz, mucho más inteligente que yo, que se dedique a la Física, cualquier granito de arena que haya puesto en motivarlo va a llevar a aportes muchos más grandes a nivel de investigación y también, a través del intelecto de sus alumnos, y así sucesivamente, esto se multiplica, tal como en un modelo de reacción difusión”, reflexiona la investigadora. 

 

07 Diciembre 2021

Hilde Buzza: “Aspiro a usar la luz para ofrecer tratamientos para cánceres iniciales e infecciones a bajo costo”

 

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Durante el segundo semestre de 2021 se integró a la planta académica del Instituto de Física Hilde Buzza, investigadora del área de Física Médica. 

 

Hilde es originaria de Brasil, donde realizó sus estudios de pregrado en Ciencias Físicas Biomoleculares, en el Instituto de Física de la Universidad de Sao Paulo. Luego, cursó su magíster y doctorado en la misma institución. 

 

Si bien en su formación inicial estudió sobre las aplicaciones de la Física en la Biología Estructural y Celular, en sus estudios de postgrado profundizó en el uso de la luz, a través de la terapia fotodinámica en modelos biológicos, lo que la llevó en su postdoctorado a iniciar la aplicación amplia de este tipo de terapia en proyectos clínicos con cáncer de piel y en mujeres con lesiones provocadas por virus HPV (de inglés, Human Papiloma Virus) ginecológicos. “Yo soy una enamorada de mi área de investigación. Como seres humanos convivimos con la luz y desde hace mucho tiempo que manejamos este recurso, que es accesible y de bajo costo. Me apasiona estudiar el potencial que esta tiene para complementar los tratamientos contra el cáncer que ya existen o algunas infecciones generadas por bacterias y hongos nocivos”, afirma Hilde. 

 

¿Cómo funciona la fototerapia?

La fototerapia utiliza la luz, que puede ser usada para excitar a distintos tipos de agentes, que, al intentar volver a su estado fundamental, liberan energía. En su investigación, Hilde se ha concentrado en el uso de agentes fotodinámicos y fototérmicos. 

Los primeros liberan la energía interactuando con moléculas de oxígeno (O2), formando especies reactivas que son altamente tóxicas, por lo que se oxidan las membranas de la célula e incitan a su muerte. Lo interesante es que hay una cadena de foto/físico/químico: la química de la molécula interactúa con la física de la luz, para hacer un proceso biológico para la muerte de las células. El potencial es enorme, ya que es posible aplicar este conocimiento a tumores o microorganismos infecciosos.

 

“El desafío está en saber qué agente escoger, según la longitud de onda con la que es capaz de interactuar, ya que, por ejemplo, si necesito atacar una infección superficial puedo usar agentes que interactúen con la luz azul, pero si es para una infección interna o un tumor, debo trabajar con fotosensibilizantes receptivos al color rojo y a la luz inflaroja. Además, hay que buscar las mejores formas de introducirlos en el cuerpo, y saber cuánto tiempo les toma llegar al órgano blanco, cómo complementar esta terapia con las tradicionales existentes para optimizar un protocolo de tratamiento. Una de mis metas de trabajar en Chile es buscar agentes comerciales disponibles en el país para enfrentar infecciones y tumores en la piel con agentes fotosensibilizantes aplicados tópicamente”, explica la investigadora. 

 

A partir del año 2018, durante su postdoctorado realizado en colaboración con la Universidad de Toronto en el centro de investigación University Health Network, en Canadá, Hilde empezó a trabajar en paralelo en una nueva línea: La terapia con agentes fototérmicos potenciada con el uso de la nanotecnología. Esta permite excitar a través de la luz a moléculas que, para volver a un estado fundamental, liberan su energía en forma de calor, generando, como consecuencia, la muerte celular. 

 

Lo más efectivo para la producción de calor son las nanopartículas, ya sea orgánicas, como de carbono o inorgánicas, de oro, u otros metales. Esta es un área nueva, por lo que hay que aprender sobre la toxicidad de estos nanomateriales, y hacer estudios en modelos preclínicos de su efectividad específicamente en tumores.  

 

Esta área de la Física Médica, ofrece, además, la oportunidad de combinar los agentes fotosensibles, para que sean capaces de eliminar células cancerígenas usando el calor y la toxicidad del oxígeno al mismo tiempo. “Yo aspiro a usar la terapia fotodinámica para el tratamiento de infecciones iniciales de la piel que puede ser fácilmente expuesta a la luz, evitando el uso de antibióticos y la resistencia que estos generan” afirma la investigadora. 

 

07 Diciembre 2021

María Cristina Depassier: 40 años de trayectoria en la UC

 

Este año 2021, la académica María Cristina Depassier cumplió cuatro décadas como investigadora en la Universidad Católica. Durante los 23 primeros años de carrera fue la única mujer en Física. Con empuje, no solo contribuyó en el área de la Física no Lineal, sino que, como Decana, logró ampliar la planta académica y crear en la Facultad el grupo de Física Médica.

 

               Foto MCD 2021

 María Cristina creció rodeada de mujeres trabajadoras: su mamá ejercía como ingeniera comercial, sus tías eran dentista, profesoras de matemáticas, hasta su abuelita había trabajado. De niña, nunca se le pasó por la mente que existían límites para las mujeres. 

 

Desde pequeña fue una lectora fanática. En enseñanza media se debatió entre estudiar Lenguas Clásicas o Física. Quien inclinó la balanza fue su profesora de Física, una mujer seria, justa, y muy disciplinada, que llamaba la atención de María Cristina. Su familia la apoyó desde un principio. Su mamá quería que de dedicara a lo que verdaderamente le gustaba, sin imposiciones. 

 

Otra experiencia que la marcó fue su paso por un preuniversitario donde la mayoría de los estudiantes venía del Instituto Nacional. Muchos de ellos soñaban con hacer el pregrado y salir a estudiar fuera de Chile un Doctorado, una oportunidad que a ella no había escuchado antes. 

 

Decidida, el año 1970 María Cristina inició sus estudios de Bachillerato en Ciencias en la Universidad Católica, que era la vía por la cual se podía acceder a estudiar Física, una carrera relativamente nueva en el país. Junto a dos compañeros cursó el Magíster en Física, entre 1974 y 1975. “Siempre fui la única mujer del curso, pero la verdad, es que nunca me complicó. Durante la universidad yo era súper aplicada, estaba en el mismo nivel con mis compañeros, así que nunca me sentí inferior a ellos en ningún sentido. Es cierto, no fue una situación cómoda ser la única, porque a veces los hombres son más agresivos, y no tenía tantas amigas en las que apoyarme en la carrera, pero eso nunca fue una barrera para mi”, explica la investigadora. 

 

Decidida a continuar sus estudios de doctorado en el extranjero, se preparó para postular a la Universidad de Columbia. En paralelo, dictó clases en la Universidad Católica, en la Universidad de Santiago y en la Universidad de Chile, donde fue acogida y apoyada por el investigador Igor Saavedra. Cuando recibió su aceptación fue un día inolvidable, el esfuerzo y la preparación habían valido la pena. “No me fui con ninguna beca de Chile, fue la Universidad de Columbia quien financió mis estudios. Incluso, me costó conseguir una carta de patrocinio que declarara que era de interés de la Universidad Católica que yo fuera a estudiar estos temas afuera, que uno de los requisitos para postular a becas en Europa. En esa época muchos de los hombres se iban a doctorar a universidades con menos reputación, y partían becados, con contrato, sueldo y otras garantías. Siento que el trato no era el mismo conmigo, por ser mujer, pese a haber sido aceptada en una universidad de primera”, reflexiona la investigadora. 

 

A María Cristina le apasionaba la Física Teórica, por lo que inició su investigación en modelos de estrellas. Sin embargo, al poco andar, descubrió La Teoría del Caos: una línea innovadora, dinámica y entretenida, que le permitía plantearse nuevas preguntas. Durante su Doctorado inició el trabajó en ecuaciones no lineales aplicadas a ondas en ciertos tipos de fluidos. Este tipo de ecuaciones son llamadas de Reacción Difusión y permiten describir y extraer la esencia de un evento difusivo, ya sea aplicado a un problema físico, químico o biológico. Esta característica le ha permitido a lo largo de su carrera abordar problemas tan diversos que van desde modelos de crecimiento de poblaciones y enfermedades hasta propagación de llamas e incendios, obteniendo resultados que son aplicables a diversas áreas.

 

Existía un problema sencillo en la ecuación de reacción difusión más clásica, que se había aplicado al estudio en dinámica de poblaciones y en el contexto de propagación de llamas. Sin embargo, al estudiar la ecuación en eventos químicos explosivos, en función a ciertas características, se comportaba de formas distintas y no se entendía por qué. Junto a Rafael Benguria encontramos una manera de caracterizar exactamente la velocidad con que se propaga la onda de este evento explosivo, y cómo se produce la transición de velocidades de la onda. Este hallazgo es un paper bastante citado, pero mas importante, ya se incluye como materia en varios libros y lleva nuestro nombre.

 

Un nuevo desafío

 

María Cristina volvió a Chile el año 1981 y se integró a la planta académica de la Facultad de Física. Durante los años 2006 a 2013 María Cristina asumió el liderazgo de la Facultad como Decana. Esta época implicó nuevos desafíos: “Yo me siento súper contenta de haber logrado dos cosas bien importantes:  aumentamos la planta académica y, además, logramos crear el área de Física Médica en la Facultad, una meta que se había planteado varios años antes y que no se había podido ejecutar. Yo me propuse lograrlo, y lo hice. Esto implicó dar a conocer de qué se trataba, convencer en la Casa Central de que esta área era importante, y levantar los recursos.  

 

Su iniciativa dio frutos, y actualmente, Física Médica cuenta con 6 profesores de planta, e imparte un Magíster que ha resultado atractivo para los alumnos y del cuál ya hay egresados trabajando y en el proceso de cursar un doctorado. 

 

Otra de los logros en su gestión fue la creación del CIEN UC, un centro de nanociencia colaborativo entre distintas Facultades que potencia la investigación en el área. Cautivada por las nuevas propiedades que los materiales adquieren a escalas nanométricas, durante los últimos años, María Cristina se ha propuesto un nuevo desafío: aplicar lo que ha desarrollado en ecuaciones de reacción difusión a los nanotubos magnéticos, para extraer la dinámica de las ondas que uno ve en ellos, usando métodos de fluidos para tratar problemas de nanomagnetismo. El potencial de estos trabajos es esencialmente aplicado, porque los nanotubos de carbono se usan para mejorar la transmisión y la estabilidad en distintos objetos electrónicos.

 

Los experimentos tradicionales demuestran que la velocidad alcanza un límite que no se puede pasar, sin embargo, con ciertos tipos de nanotubos es posible exceder esta velocidad, llamada el límite relativístico, asociado a la velocidad de las ondas de spin. Si bien hay simulaciones numéricas del fenómeno que constatan que esto sucede, no existe un modelo matemático que permita describirlo y entenderlo. María Cristina está en la búsqueda de esa ecuación: “Estoy estudiando mucho, porque es un área nueva para mi. Mi meta es analizar el fenómeno analíticamente para lograr extraer un modelo sencillo. Lo más apasionante de esto es que no tengo idea cómo hacerlo. Entonces, es muy entretenido, porque cuando uno lo encuentra, casi siempre se cumple que estas ecuaciones constituyen modelo para muchos fenómenos, ya que las cosas en la naturaleza no son tan distintas. Por ejemplo, hay ondas de agua en el mar, y también en las cuerdas, hay olas ondas en distintas partes, pero hay una sola ecuación de ondas que se puede extraer de distintas realidades físicas”. 

 

Con más de 40 años de carrera, María Cristina reconoce que su carrera académica ha sido uno de sus motores, sin embargo, para ella su contribución más relevante ha sido formar alumnos y motivarlos a investigar. “Esta es una carrera competitiva, en la que se requiere un poquito de habilidad, mucha disciplina y sacrificio, pero en el que se obtiene un premio grande, un trabajo entretenido y gratificante. Si yo logro inspirar a un alumno extremadamente capaz, mucho más inteligente que yo, que se dedique a la Física, cualquier granito de arena que haya puesto en motivarlo va a llevar a aportes muchos más grandes a nivel de investigación y también, a través del intelecto de sus alumnos, y así sucesivamente, esto se multiplica, tal como en un modelo de reacción difusión”, reflexiona la investigadora. 

 

 

 

11 Noviembre 2021

Miembros del Instituto de Física participan de la celebración del día internacional de la Física Médica

Ins. Fisica-07

 

 

El pasado siete de noviembre se conmemoró el día internacional de la Física Médica y los miembros del grupo de Física Médica de la UC participaron en diversas actividades: 

 

1. III Congreso Chileno De Física Médica, realizado en conjunto con la VII Conferencia Chilena De Física Médica, en La Universidad de la Frontera. 

 

Esta actividad se realizó en forma híbrida y contó en el comité organizador con la participación de Claudia Morales y Gabriela Chorbadjian, ex alumnas del programa de Magíster en Física Médica. A su vez, el académico del Instituto de Física, Ignacio Espinoza, participó como miembro del comité científico.

 

En esta instancia expusieron Isidora Muñoz, Ignacio López, Christopher Vergara y Sebastián Salgado, alumnos del programa de Magíster en Física Médica de la UC. Las presentaciones fueron las siguientes: 

 

i. “Generación de una imagen de ct sintética de cuerpo completo a partir de una imagen de ct de planificación de radioterapia”. (Beatriz Sánchez-Nieto, Isidora Muñoz, Ignacio Espinoza)

 

ii. “Modelo analítico 3D para estimación de dosis periférica en radioterapia”. (Beatriz Sánchez-Nieto, Ignacio López-Martínez, Ignacio Espinoza)

 

iii. “Modelo de dosis a linfocitos circulantes durante tratamiento con radioterapia externa”. (Christopher Vergara-Saavedra, Ignacio Espinoza, Beatriz Sánchez-Nieto)

 

iv. “Nuevo Paradigma: de Dosis a Muerte Celular en Profundidad a Través de Simulaciones Monte Carlo”. (Sebastián Salgado, Ignacio Espinoza1, Andrea Russomando)

  

Otras presentaciones destacadas fueron las de Matías Pino (Reportes de dosimetría personal en Chile, información preliminar”) y José Luis Rodríguez Mongua (“BimpRT-py: Herramienta para la evaluación de la dosis en órganos a riesgo en ratamientos ginecológicos que involucran radioterapia externa y braquiterapia”), ambos ex - alumnos del programa de Magíster en Física Médica. 

 

2. .Virtual International Day of Medical Physics 2021: Communicating the Role of Medical Physicists to the public, organizado por el Centro Alemán para la Investigación de Cáncer (DKFZ). En este congreso participó la académica Paola Caprile dictando la charla "Techniques in Radiation Therapy/Medical Physics" y la investigadora Beatriz Sánchez con la realización de un video de presentación de su investigación realizada en el Instituto de Física UC. 

 

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